domingo, 30 de abril de 2017

Confirmación

No cayó ningún meteorito gigantesco; no implosionó nuestro planeta convirtiéndose en un agujero negro, tampoco explotó por un colapso de su núcleo rotatorio enviando al espacio miles de millones de moléculas de todo lo que alguna vez existió sobre su superficie, incluyéndonos a ti y a mí.

El Ossobuco a la milanesa que cociné ayer, hoy estaba riquísimo acompañado de unas patatas fritas caseras. Mi optimismo fue holgadamente satisfecho.

Ahora bebo un whisky con hielo y escribo estas palabras mientras llueve poco, muy poco, en el exterior del camarote.

5 comentarios:

Portarosa dijo...

Titulas así tu post justo el día en que mi hija ha hecho la confirmación.
Yo no estaba de acuerdo con que la hiciera (y si yo todavía fuese creyente lo estaría aun menos), pero la verdad es que ha acabado siendo un día estupendo.

Un abrazo.

Jesús Miramón dijo...

¿Te das cuenta de que nuestra relación está llena de casualidades? Claro que sí, no lo dudo. Sobre la confirmación -como sobre las BBC (bodas, bautizos y comuniones)- bueno, además del aspecto religioso, que en un alto porcentaje tiene una presencia, digamos... no sé, ¿inexistente?, está el significado social, cultura, familiar, y si ha sido un día estupendo todos los antiguos y pequeños dioses de patas de cabra y cuerpos de caballo en los que creo -es broma- estarán encantados de que haya sucedido. Un día estupendo es mejor que cualquier bendición. Un abrazo, querido amigo.

Portarosa dijo...

Tienes toda la razón.
Otro.

andandos dijo...

Llovió todo el sábado en Aragües del Puerto, y la lluvia se convirtió en nieve por la tarde. Fuimos a Jaca y llegamos tarde al Museo Diocesano. No importa, creo que lo he visitado tres veces. Hemos visto paisajes que el turismo todavía no ha colonizado, con un guía, el primo de Isabel, que ama esas montañas y esos árboles, a los que conoce muy bien. En fin, tiendo a pensar que cada vez es la última en la que el paisaje será así, como yo lo recuerdo desde hace más de treinta y cinco años. Creo que voy siendo mayor, de manera inevitable. En cierta manera, a partir de cierta edad lo que debemos hacer es prepararnos para la muerte.

Un abrazo

Jesús Miramón dijo...

Todavía quedan territorios casi vírgenes. Debemos hacer todo lo posible por preservarlos contra el tsunami.

Ayer, comiendo Maite y yo con Carlos, nuestro hijo, salió, no recuerdo por qué, el tema de la muerte. Yo nunca le he vuelto la cara (debe de ser la única ventaja de ser poeta), y al hablar de ella, de cómo nos había sucedido - la muerte de mis suegros, sus detalles- mi hijo se rebeló con un enfado silvestre, ciego. Acaba de cumplir veinte años. No hables de esas cosas, me dijo. Maite lloraba mientras me acariciaba el rostro agradeciendo cómo actué en aquel tiempo que se aproxima a mí a toda velocidad.

Debemos prepararnos para la muerte lo antes posible, porque ella -lo sé por mi trabajo- no conoce de edades. Somos al mismo tiempo futuros muertos y héroes de leyenda.

Un abrazo.