viernes, 19 de diciembre de 2014

Aquella maravillosa e infundada esperanza

Salgo de la consulta médica oficialmente curado. Mi cerebro, después de diez largos meses de tratamiento pautado y sin ayuda química durante las últimas cuatro semanas, vuelve a producir por sí mismo la cantidad necesaria de serotonina que hace que los seres humanos sintamos, sin ser conscientes de ello, aquella maravillosa e infundada esperanza que nos caracteriza.

4 comentarios:

NáN dijo...

El título es un alejandrino. Me parece un buen presagio y una celebración.

Jesús Miramón dijo...

Muchas gracias por darte cuenta y por los presagios. Yo me siento bien. Un abrazo fuerte.

Elvira dijo...

Me alegro, Jesús. ¡Que pases unas vacaciones estupendas con los tuyos! Besos

Jesús Miramón dijo...

Te deseo lo mismo, Elvira. Un beso.