jueves, 23 de septiembre de 2010

Aguaceros interruptus

Despierto de la siesta aturdido y confuso. Uf, ha sido demasiado larga, profunda, impropia de un día laborable. Me siento en la cama frente al espejo del armario y contemplo un hipopótamo. Oh, dioses, qué gordo estoy. Tengo la boca seca y decido bajar a la cocina y servirme una Guinnes bien fría en uno de los vasos oficiales de la marca que compré en Dublín. ¡Servirte una Guinnes! ¿Así adelgazarás, vago de bellota? Oh, cállate, por favor, cállate y déjame en paz. La casa está desierta, ¿dónde se ha metido todo el mundo? Mientras me sirvo la pinta con el cerebro al ralentí, aunque no tan al ralentí como para no inclinar cuidadosamente el vaso, comienzo a recordar que ella tenía cita en la peluquería y él clase de inglés. Sí. Todo está bien. Fuera el cielo es oscuro. El bochorno que nos ha acompañado durante todo el día no acaba de descargar. Odio estos aguaceros interruptus.

21 comentarios:

Miguel Baquero dijo...

Estoy contigo. O llueve o no, pero esas nuebes negras que pasan de largo sin descargar lo único que crean es intranqulidad y nerviosismo en el que está abajo observando, y que no sabe si marchar tranquilo o acelerar el paso

la luz tenue dijo...

Qué rica está la cerveza. La Guinnes especialmente. Pero, la verdad, yo nunca he tomado una cerveza después de levantarme de la siesta.

Diva Gando dijo...

Por aquí lo mismo, calmota total. Ahora parece que refresca...

Trátate mejor.

NáN dijo...

¡¿Trátate mejor, Diva?!

Oiga, que está hablando con un hombre que se duerme una siesta, ¡en jueves!, despierta solo en casa y se toma una Guiness.

Ay, este tiempo de entretiempo no acabará con nosotros, pero nos lo va a hacer pasar mal.

Jesús Miramón dijo...

Hola, Miguel, al final no ha caído ni una gota, desgraciadamente. El otoño se resiste a comenzar. Un abrazo.

Jesús Miramón dijo...

José Manuel, nunca es tarde para empezar. No estaba tan buena como la de barril pero estaba muy rica. Me la he bebido despacio mientras escribía el texto de hoy.

Jesús Miramón dijo...

En eso estamos, Diva, en tratarnos mejor. Imagino que por ahí el tiempo será muy parecido al de aquí. Es verdad que ahora refresca y se está mejor, pero en Barbastro ha hecho hoy mucho xafogor (tánto me gusta la palabra en catalán que en familia la utilizo más que bochorno: xafogor -chafagó en gironí- expresa mejor esa sensación de sofoco), y para nada.

Jesús Miramón dijo...

Qué siesta más rara, Nán. Me he tumbado tarde, muy lejos de la hora de la comida, y ha sido como caer en un pozo oscuro. Cuando he abierto los ojos he sentido que, más que despertar, resucitaba. Un abrazo.

Jesús Miramón dijo...

Anuncio que ahora mismo, a las 11:43, llueve al fin. Qué felicidad.

añil dijo...

Pues a mí esas nubes que dejan todo impregando de su olor me gustan, es como un pequeño anticipo del invierno sin la crudeza del frío.

Un beso

Jesús Miramón dijo...

No, Añil, si a mí también me pirran las nubes y el olor que dejan, lo que no me gusta es ese bochorno sofocante cargado de electricidad y de inminencia, cuando la atmósfera pide a gritos romper en forma de lluvia y no lo hace y el ambiente se va cargando más y más. Eso es lo que no me gusta. Afortunadamente ayer llovió un buen rato y hoy el día ha amanecido fresco y limpio. Que sea bueno para todos. Ah, y que aprendamos algo nuevo. Un beso.

Elvira dijo...

Yo soy muy sensible a esa atmósfera cargada de electricidad que anuncia tormenta, y me pasa como a ti, necesito que descarguen las nubes y se limpie el aire. Al día siguiente o al rato da gusto pasear, respirar, etc.

Un beso

Ofelia Gasque Andrés dijo...

Escribes de tal modo que....cómo lo digo....es cercano, con presencia, carnal. Quiero decir que es como estar a tu lado. Es como un prodigio.
Y la sensación aguaceros interruptus es la misma aquí, ayer y hoy.
Un abrazo todavía dormido*

molinos dijo...

Como dice Ofelia..lo cuentas también que me he sentido recién levantada de la siesta con la cabeza abotargada y esa sensación de..ufff..que tarde más pesada me queda...

Lo de la guiness es de coña...qué estómago.

Necesito el otoño. YA

Enric Batiste dijo...

A las puertas de otoño lentamente
escribes los minutos que despiertan
de abotargada luz incandescente
y capaz de ponerlos por escrito
nos regalas el tiempo que has sentido
tan personalmente a los demás...

Un abrazo lector agradecido

QuiaSint dijo...

Mejorando lo presente...

http://www.kitsch-pub.com/2008/10/05/new-castle/

Jesús Miramón dijo...

Hola, Elvira, aquí descargó anoche (ya no es interruptus) y hoy hace un viento que se lo lleva todo. Un beso.

Jesús Miramón dijo...

Gracias, Ofelia, no siempre se consigue pero yo escribo, entre otras cosas, para eso. Se me ocurre la palabra «comunión». Algo así. A veces. Un abrazo.

Jesús Miramón dijo...

¿Que si es de coña lo de la Guinnes, Moli? Pues no, pero vamos a ver, ¡si sólo es una cerveza negra y tiene menos grados que la mayoría de las rubias españolas! Ah, y es beneficiosa para el estómago, que lo sepas. Bueno, al menos a mí me sentó estupendamente.

Aquí el otoño ha llegado hoy de sopetón. No sé cuánto durará, que siempre quedan veranillos de esos pendientes por ahí, pero yo estoy encantado.

Jesús Miramón dijo...

Gracias, Enric, un abrazo.

Jesús Miramón dijo...

Creo que no he probado nunca esa cerveza, Quiasint, aunque me suena tanto su etiqueta que igual sí. Una Brown Ale que me gustó mucho en Irlanda se llama Kilkenny, era riquísima, pero dudo que se pueda encontrar aquí. La que sí se puede encontrar en Carrefoures y demás es la John Smith, que no sé si es brown ale o pale ale pero está buenísima (mejorando lo presente).