domingo, 25 de julio de 2010

Otro no soy

Soy el padre que se despistó y dejó a su hijo sentado en su sillita dentro del coche a pleno sol durante ocho horas. Soy la novia de uno de los chicos que atropelló un tren junto a la playa cuando cruzábamos la vía. Soy el hermano mayor que jugaba a cavar un túnel en la duna donde entró mi hermano pequeño. Soy la madre del niño que se extravió en el campo y murió de sed. Soy el padre de la estudiante universitaria que falleció víctima de una avalancha durante un festival musical. Otro no soy.

14 comentarios:

Miguel Ángel Velasco Serrano dijo...

Siento decirte que eso no me lo creo. No puedes calzar números tan dispares y tan fuera de horma. En manera alguna podrías ocupar esos lugares, como dicen en mi pueblo, “ni harto de vino”.

Otra cosa es que te embarguen sentimientos de solidaridad y de empatía, y pretendas com-padecer con esas personas que dices. Pero de ahí a lo otro, no podrías dar el paso.

A mí me parece, al menos.

Jesús Miramón dijo...

Otro no soy.

A filla do mar dijo...

Y qué angustia (para mí) en un día como hoy, leerte esto, Jesús.

Un beso.

Luna dijo...

Tu texto me angustia, como dice Filla.
Tampoco soy otra.

Ofelia Gasque Andrés dijo...

En el dolor y en la alegría, somos uno.
Un abrazo de corazón.

Jesús Miramón dijo...

No pretendía infundir angustia sino algo cercano a la comunión. Ofelia lo dice muy bien: en el dolor y en la alegría somos uno. También en la incertidumbre.

Besos para las tres.

Luis Rivera dijo...

Se ha puesto de moda expresar la solidaridad, como un bien general, cuando si no va acompañada de un destinatario, es una vaguedad insensata.
Por eso, la primera palabra que se me ha ocurrido al leer tu brillante texto ha sido: ¡CLARO!

Miguel Ángel Velasco Serrano dijo...

Pues si así te ves y así te sientes, sea, pues.

Jesús Miramón dijo...

Hola, Luis. ¿Solidaridad? Sí, eso también. Creo firmemente que, más allá de las relaciones personales, existe un vínculo entre los seres humanos, un vínculo profundo y primitivo. Poco importa que durante miles y miles de años se hayan apropiado de su existencia imperios y religiones, muchas de ellas ya muertas: el vínculo es anterior, íntimo y ajeno al mismo tiempo. Es algo tan consustancial al ser humano que únicamente enfermedades mentales como la psicopatía pueden eludirlo. Un abrazo.

Elvira dijo...

Estamos interconectados de manera profunda, yo también lo creo.

Dicen que la principal característica de los psicópatas es la ausencia total de empatia.

Buenas noches

Jesús Miramón dijo...

Buenas noches, Elvira, espero que puedas dormir bien, sin calor ni mosquitos ni dolor. Un beso.

Elvira dijo...

Gracias, Jesús. Así ha sido.

Un beso

NáN dijo...

Me alegro, Elvira.

Jesús, creo en esa corriente que no se conmueve por los sucesos históricos. Solo la vida y la experiencia de las personas ante la supervivencia, el dolor, la alegría, el desamparo.

La solidaridad, necesaria y esencial, es algo exterior: tú no tienes, yo tengo, toma. Creo que te refieres a algo más profundo e interior.

Me acuerdo de Johnny Cash, que iba siempre vestido de negro y cuando le preguntaron por qué respondió: "por todos aquellos a los que ponen con las manos contra un muro". Estoy seguro de que era algo de lo que tenía conciencia. Creo que es lo mismo.

Joder cómo me enrollo para decir algo tan sencillo que hubiera bastado con línea y media.

Jesús Miramón dijo...

Hola, Nán, tú hablas un poco de eso en tu maravilloso último post. De vínculos, de latidos, de una corriente.