miércoles, 7 de octubre de 2009

Que mi cuerpo luche

Dos días postrado en la cama con gripe. No recordaba lo mal que se pasa. Escalofríos, dolor de huesos, de cabeza, de garganta, debilidad, mareos. Duermo, me despierto y vuelvo a dormir. El tiempo adquiere otra densidad. Me ducho y a los pocos minutos ya estoy sudando otra vez. No puedo hacer nada salvo dejar que mi cuerpo luche.

7 comentarios:

andandos dijo...

Empezamos bien el otoño, Jesús. Cuídate y descansa.

Un abrazo

José Luis

la luz tenue dijo...

Ánimo. Un saludo.

Elvira dijo...

A mí me sirve la vitamina C, para ayudar al cuerpo en esa batalla. ¡Que te mejores!

Luis Rivera dijo...

Ya lo ves, Jesús... Pienso que una buena gripe viene bien, es higiénica, te deja como nuevo cuando sales de ella, y se acaba añorando ese tiempo de desmayo en lucidez, cuando las fuerzas te agobian...

¡Cúrate...!

Miranda dijo...

Eso te pasa por dejar de fumar...

Que te mejores. Ya verás. Luego como nuevo.

Beso.

M.

NáN dijo...

¡Si se está muy bien!

En penumbra, cuando todo suena como acorchado. Con una sensación de haber tomado peyote (digo yo que será esa sensación). Pillo una cada 10 años y me lo paso genial.

Jesús Miramón dijo...

Bueno, los dos primeros días son muy jodidos, yo lo paso muy mal, me duele todo, sudo mucho, la fiebre me afecta muchísimo, para colmo en esta ocasión se unió a la fiesta una faringitis aguda que casi no me permitía hablar, y en fin, añadid a todo eso que soy un hombre, es decir, un cagado de la hostia en lo que se refiere a estar malo, y apaga y vámonos. Fui a ver a mi doctora con mi hija de casi diecisiete años (yo no quería ir al médico, claro), y cuando ésta le comentó que parecía que me iba a morir, Lola, nuestra maravillosa médica, le dijo: «Es un hombre, Paula, ya te acostumbrarás». Ah, y al acabar la visita le dijo guiñándole un ojo: «Ya está, puedes llevártelo». Yo, por supuesto, estaba al borde del desmayo.

Bueno, aparte de las bromas (¿qué bromas?) quiero agradeceros vuestros comentarios de ánimo, de verdad. Es cierto que una gripe te regenera de algún modo, siquiera sea por los dos o tres kilos que pierdes en cuatro días.

Besos y abrazos.