viernes, 10 de octubre de 2008

De las hojas

La savia
se detiene
lentamente,
milímetro
a milímetro,
en las arterias

de las hojas

que caerán.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

me ha gustado tu poema
breve, japonés en su esencia

Jesús Miramón dijo...

Gracias, Koldo.

Anónimo dijo...

La vida, que lo es con la muerte.
Bello, Jesús.

El otoño me da 'yuyu'. Ya lo sabes, soy mujer del calor. En él es cuando mi savia irradia. Ahora la siento en retirada.
Y de remate, las tarde de domingo, aunque ya no tenga las premuras de cuando la crianza y esas cosas, me ponen un poco triste.

Buenas noches.

Jesús Miramón dijo...

Hola, Estrella, sí, ya sé, me acuerdo: tú eres amiga del calor y el verano. Yo no, yo soy feliz en estas fechas: mi voluminoso cuerpo de oso agradece la bajada de temperaturas y en mi hipotálamo despierta con fuerza cierta vitalidad asociada a los finales, a las despedidas. Hoy ha llovido a ratos. Pronto encenderé leña en la chimenea. Igual que los jugos gástricos se excitan con la imaginación de ricos manjares, así el recuerdo del crepitar del fuego en el hogar anticipa en mí una felicidad pura y sencilla, casi infantil.

Buenas noches.

Luis Rivera dijo...

No en el tirmo ni en la forma, sino en el espíritu, es un haiku perfecto que conjuga la observación con la acción. Espléndido.

Jesús Miramón dijo...

Gracias, Luis.