jueves, 6 de diciembre de 2007

El eco de los coches

Los reyes magos no existen. Tampoco Papá Noel. Dios no existe, y mucho menos una madre virgen. No existen pastorcillos de Belén. No existe el niño Jesús, no existe el buey, ni el burro, no existe San José.

Existe el musgo en la umbría del bosque. Estrellas en el cielo despejado. El corcho que envuelve el tronco de algunos árboles. La cantinela del agua en las acequias. El eco de los coches acercándose y alejándose en la distante carretera.

4 comentarios:

Miranda dijo...

Pues ayer leí esto y hoy cuando leo los poemas que has dejado, que me gustan, he vuelto a leer esto y me gusta más.

Beso.
M.

Luis Rivera dijo...

Pero Jesús, es que hasta lo que no existe existe. El poder de los mitos y de los ensueños...

Jesús Miramón dijo...

Caray, Miranda, gracias. Jiménez Lozano me gusta muchísimo. Un beso.

Jesús Miramón dijo...

Sí, Luis, es verdad, el poder de los mitos y los ensueños, en otras ocasiones he escrito sobre ellos, pero aquí quería hacerlo sobre la realidad de la naturaleza, una realidad que a menudo es, sino más, tan mágica y poderosa como los mismos ensueños.